lunes, 7 de julio de 2014

Libro o película (o serie) (I)



   Libro o película..¿Qué escoger en primer lugar?

   Desde tiempos remotos existe el eterno dilema o debate acerca de si leer una determinada obra o esperar a su adaptación cinematográfica o si ver una película desconociendo que está basada en una obra literaria (sea novela, la mayoría de las veces, o teatro o novela gráfica, por ejemplo) y al descubrirlo "engancharse" a la lectura de esta.

   Ambas disciplinas, cine y literatura, contemplan o gestionan, por decirlo de alguna manera, el mismo objetivo: contar historias para entretener, para formar, para transmitir valores, etc. 

    Bien es verdad que no todas las adaptaciones cinematográficas se ajustan a la realidad del libro en sí o  no tienen la misma calidad que la obra literaria (para disgusto de escritores y lectores). No es momento en esta entrada de elaborar una lista de aquellas películas que merecen un lugar de honor o de señalar aquellos largometrajes que han dejado un mal sabor de boca tanto a lectores como a críticos y escritores o de criticar que la esencia de la literatura se refleje en otra disciplina artística (como apuntaba ambas disciplinas van de alguna manera de la mano y en ocasiones aquellos valores, aquellas cuestiones que se pueden trabajar con una obra determinada en el ámbito educativo se reflejan con mayor claridad mediante una película, sea de animación o no. El saber elegir o el saber transmitir ayuda al educador que intenta transmitir.

    Deseo iniciar con esta entrada del día de hoy una sección en este blog sobre el mundo de los libros, sobre el mundo del universo literario  y lo hago después de tener conocimiento de la última adaptación cinematográfica (una obra de John Green) y de una futura (la de El abuelo de 100 años que se escapó por la ventana, primera novela  de Jonas Jonasson y un éxito de ventas), y es que la literatura presenta muchos matices, muchos senderos por los cuales transitar, poder disfrutar del viaje en el que como lectores estamos atrapados en aquel preciso momento o a lo largo de la lectura de una obra determinada.

   La propuesta que planteo en el día de hoy y que inaugura esta sección del blog es una novela de Miguel Delibes, Los santos inocentes, novela publicada en 1981, y cuya adaptación cinematográfica se estrenó tres años después y la realizó el director Mario Camus. 

    Tuve la oportunidad en mi época de estudiante de BUP, el actual Bachillerato, de leer esta novela y poder ver su adaptación al cine años más tarde. Y puedo apuntar que ambas transmiten la misma esencia de la historia en sí, aunque confieso que la película, merced a la  gran interpretación de Alfredo Landa y Paco Rabal, sobre todo, le llega a uno a atrapar con mucha mayor fuerza de lo que uno puede llegar a aventurar.

    Las diferencias sociales entre una familia de campesinos españoles y los terratenientes que poseen la tierra que trabajan los primeros, la dura vida del trabajo en el campo, las costumbres de la época, la convivencia en el seno de una familia de clase baja (con el añadido de contar con un miembro de la familia con un tipo de discapacidad que requiere de un esfuerzo mayor y de una ayuda considerable), conforman la esencia de esta novela de Miguel Delibes y que, como apuntaba anteriormente, se refleja con mayor claridad, con mayor fuerza, con mayor dramatismo en la adaptación cinematográfica. Y como pasa en toda película el elenco de actores que participan en el largometraje y la labor del director (Mario Camus en el caso de la recomendación de hoy) contribuye a que la calidad, a que la esencia de la historia, del relato, estén presentes.

    Tal vez debería, como lector habitual, postularme por una de las dos opciones (o libro o película) en el día de hoy, pero dada la calidad de la película tan solo puedo recomendar ambas opciones no solo por la buena adaptación sino porque Miguel Delibes merece estar en un lugar especial, merece estar en el recuerdo, en la estantería de cualquier lector.

  

    

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