domingo, 28 de febrero de 2016

Va de novela negra: Cuatro días de enero, de Jordi Sierra i Fabra

Considerado uno de los escritores más representativos del panorama literario español de la segunda mitad del siglo XX y de lo que llevamos de XXI seleccionar para su lectura una de las muchas obras literarias de Jordi Sierra i Fabra resulta una tarea especialmente compleja donde las haya si no vas con una idea clara de lo que deseas leer dada su extensa y variada producción literaria que no deja indiferente a nadie.

Nacido en Barcelona impresiona la capacidad creativa de Jordi Sierra i Fabra, así como su habilidad para escribir y publicar anualmente obras de todo tipo (ensayo, poesía, biografía, literatura infantil y juvenil, narrativa para adultos, etc.) y para tratar en su amplia bibliografía variedad de temas de gran calado y que invitan, en algunas de ellas, a la reflexión, a ofrecer un punto de vista que invita al lector al que va dirigido la obra a plantearse interrogantes.

 Es autor de más de 400 obras siendo uno de los escritores más prolíficos, sino el que más, de las letras tanto en lengua castellana como en lengua catalana, así como el autor con presencia en numerosas editoriales: Grup 62, Edelvives, Anaya, Edebé, SM, La Galera, Siruela, Páginas de Espuma y un largo etcétera.

 Apuntaba en el párrafo inicial de esta entrada la dificultad de seleccionar una de sus títulos para iniciarse en el universo literario del autor - o para continuar con él como es el mi caso, pues ya tuve la oportunidad tiempo atrás de leer Les guerres d'en Jordi-, pero seguidor como soy del género de novela negra no podía dejar la oportunidad de leer novela de este tipo de género escrita por Jordi Sierra i Fabra.

 Y la novela elegida, y que comparto en esta entrada, es Cuatro días de enero, la primera de una serie de novelas protagonizada por Miquel Mascarell, un inspector de policía de la ciudad de Barcelona. Hasta la fecha el autor ha publicado siete novelas de esta serie: Cuatro días de enero, Cinco días de octubre, Siete días de julio, Dos días de mayo, Seis días de diciembre, Nueve días de abril y Tres días de agosto.

Autor: Jordi Sierra i Fabra
Título: Cuatro días de enero
Publicado en 2008
Plaza & Janés
285 páginas
ISBN: 978-84-01-33664-5
Cuatro días de enero es una novela negra, sí, pues tiene los elementos característicos de este tipo de obras literarias, mas también un componente histórico. Está ambientada en la Barcelona de 1939, en la Barcelona de finales del mes de enero de 1939, en los instantes finales de la Guerra Civil Española.

Ofrece el autor interesantes pinceladas de lo que ocurrió aquellos días en la ciudad condal y de las consecuencias de la contienda en la población civil.

Antes de adentrarme en la novela en sí vale la pena tener en cuenta una pincelada del contexto histórico en el que el escritor sitúa esta novela.

 En julio de 1936 una parte del ejército español se subleva contra el gobierno de la Segunda República - un gobierno y una representación parlamentaria surgida de las elecciones de febrero de ese mismo año, 1936 -. El relativo fracaso del golpe de Estado en buena parte del territorio español fue la semilla que desembocó poco después en el estallido de la un conflicto bélico de envergadura que dividió al país en dos. 

 La Guerra Civil Española tuvo en los años que duró la contienda (de 1936 a 1939) numerosos episodios de enorme trascendencia e importantes consecuencias en todos los ámbitos de la sociedad.


Uno de los momentos finales del conflicto armado fue la ofensiva nacionalista contra Cataluña y especialmente la toma de Barcelona en los últimos días del mes de enero de 1939 por parte de los sublevados, de las tropas franquistas que en su entrada en la ciudad condal no encontraron grandes impedimentos dado que las autoridades, el Gobierno había abandonado la ciudad dirección el norte de Cataluña y ciertos puntos de la geografía del sur de Francia. 

 Estos días de finales del mes de enero de 1939 son el punto de partida de Cuatro días de enero, novela que traza en la trama de la obra aspectos destacados de esos momentos finales en los que el avance de las trompas franquistas se percibe próximo y en los que la desesperación de la población es palpable tanto por la llegada de los sublevados como por la situación de carestía en la que se encuentran.

 El personaje protagonista de la novela es Miquel Mascarell, un inspector de policía de la ciudad de Barcelona que, pese al abandono del Gobierno de la República, al avance de las tropas rebeldes, de la huida al exilio de los vencidos y de una parte importante de la población temerosa de posibles represalias y en pos de un futuro mejor, al racionalismo de víveres, decide quedarse en la ciudad cuidando de su esposa enferma, de nombre Quimeta. 

Mascarell representa la mirada de todo lo que acontece y que Sierra i Fabra sabe plasmar en todo momento en la novela con una prosa sencilla, con abundantes diálogos que facilitan la lectura y que permiten sobrellevar de la mejor manera la dureza de las condiciones de vida de los que se han quedado en la ciudad.

El inspector no solo debe lidiar con la enfermedad de su mujer y los intentos de sobrevivir, pese a la carestía de alimentos, al racionamiento de productos necesarios para vivir o a las condiciones meteorológicas, sino también con la desaparición de una joven adolescente, cuya ausencia es denunciada por su madre, una exprostituta que decide recurrir a una de las pocas personas con cierta autoridad que aun quedan en la ciudad.

 La joven adolescente aparece poco después asesinada de manera violenta, así como su madre, y la investigación de lo sucedido hace que el inspector Mascarell vaya recorriendo la ciudad en busca de indicios, de respuestas (para ello cuenta con la colaboración o más bien de cierta información facilitada por  dos periodistas a los que conoce de años ha: Amadeu Sospedra y Rubén Mainat), de pistas que le permitan resolver el caso de manera satisfactoria, pero conforme van pasando las horas va descubriendo aspectos relacionados con acciones llevadas a cabo por personas de clases más favorecidas, de personas con posibilidades económicas que además se están beneficiando de las necesidades de la población en estos tiempos de conflicto bélico, amén de hacer acto de presencia conforme el avance de los sublevados y la toma de Barcelona va materializándose poco a poco. 

 Hay dos palabras, dos sensaciones, dos emociones que traspasan la novela, esto es, dos aspectos que caracterizan la trama de la novela, la historia que Jordi Sierra i Fabra plasma en su libro: soledad y desesperación. Una soledad y una desesperación que guarda relación con el caso que debe resolver el inspector Mascarell, pero también, y con mayor peso, con el contexto en el que está ambientada la novela, con la dureza de la situación con la que viven los personajes en un ambiente bélico. 

   " El silencio era extraño. 
   Tan cargado de presagios.
La vieja comisaría parecía haber sido arrasada por un huracán: mesas resquebrajadas, armarios volcados, papeles en el suelo...En lo primero que pensó fue en la madera, apta para alimentar la estufa, aunque no podría llevarse una mesa o armario él solo.
¿Cuántos silencios existían?
¿El de un bosque, el del mar en un día plácido, el de un bebé dormido?"
  [...]
(Página 11)

  "Necesitaban comida.
¿Por qué no abrían de una vez los almacenes? Por lo menos que las tropas franquistas no se encontraran con una ciudad famélica a la que poder humillar todavía más. Y con los malditos almacenes llenos, según se decía. Si no comía algo, tal vez acabase desmayado en cualquier esquina. Comer. La Gran Utopía. Con un dinero que ya nadie quería porque no servía de nada, lo único que quedaba era la desesperación. La gente hervía lo que podía, cuanto pudiera darle un sabor."

  [...]

(página 154-155)

"El soldado vaciló por última vez. Vio aquellos rostros famélicos, los puños cerrados, las manso que sostenían piedras recogidas en el camino. Alguien le acababa de llamar "hijo". Tendría unos veintitrés o veinticuatro años. Sus ojos se llenaron de humedad. 
No quería disparar contra civiles. 
Y menos de su propio pueblo. 
Primero fueron las lágrimas, después la congestión de su rostro ante la derrota, finalmente sus manos cayendo y desviando el rifle de su objetivo, apuntando al suelo en lugar de hacerlo a sus cuerpos. Los gritos de los asaltantes dispararon sus energías..."
 [...]

(página 199)

 He apuntado estos tres fragmentos de la novela para mostrar esa soledad y esa desesperación que a lo largo del texto narrativo se muestra con mayor o menor fuerza no solo a partir de la vida y de la mirada del personaje protagonista de la novela, el inspector Miquel Mascarell, el único representante de la ley que decide en esa situación de pobreza, de desesperación, de soledad (no solo caracterizada por el abandono de los representantes políticos), quedarse en la ciudad, sino también a partir de cómo vive o sobrevive la población civil que aun queda en la urbe, incluidos él y su mujer enferma. 

 Y esa desesperación, esa soledad es "combatida" con tesón, con fuerza de voluntad, con la energía necesaria para querer seguir adelante pese a las adversidades. Quimeta, la mujer del inspector, simboliza esa fuerza. Es el contrapunto, al menos lo percibo así, a esa soledad tan presente en la novela. 

  Es una novela dura, pero esa dureza queda maquillada, queda muy bien perfilada por el autor, con un estilo sencillo, con una prosa clara, en la que el discurso narrativo y el diálogo se combinan a la perfección.

  ¿Otra novela ambientada en la Guerra Civil Española? Sí y totalmente recomendable, pero no es una novela más que aborda cuestiones de esta contienda bélica. Al tratarse de una novela negra la pluma de Sierra i Fabra sabe hilar la trama, encabezada por la investigación del inspector Mascarell, y el contexto histórico y social sobre el cual se sustenta la historia narrada en la novela. 

 Un buen comienzo de serie de novelas. Seguro estoy que antes de la conclusión de 2016 caerá la lectura de otras novelas de esta serie protagonizada por Miquel Mascarell. 




martes, 23 de febrero de 2016

Reto lector: Autores de la A a la Z


  Pensaba que los primeros días de enero ya me había apuntado a todos los retos lectores que me habían seducido lo suficiente para embarcarte en mil y una aventuras lectoras a lo largo de todo el año 2016, pero no. Faltaba el Abecedario de autores, una buena manera de ir teniendo control propio de los autores leídos y de "jugar" un poco con las letras...

  Pese a que el año pasado no pude completar el Abecedario de autores (aparqué por falta de tiempo algún autor que me llamó la atención y que espero rescatar este nuevo año) tampoco puedo afirmar que resultase un fracaso absoluto. 

 Dadas las buenas sensaciones lectoras - de eso se trata también, de disfrutar con el "simple" acto de leer-, y dado que este reto te permite, con la excusa de la letra inicial de su primer apellido, buscar y leer autores poco habituales y descubrir escritores/as, cuyas obras no pensabas que te fuesen a atrapar, vuelvo a apuntarme a este reto anual organizado por El Búho entre libros, Libros en el petate y Books & Co (si deseáis más información podéis visitar sus respectivos blogs).

 Aquí iré indicando los autores con sus respectivas letras.

A.-
B.-
C.-
D.-
E.-
F.-


G.- GRISHAM, JOHN


H.-
I.-  IBUSI, MASUJI
J.-
K.-
L.-


M.-MANZANERA, ANTONIO 


N.-
O.-


P.-PÉREZ REVERTE, ARTURO


Q.-
R.-


S.-SIERRA I FABRA, JORDI


T.-
U.-


V.-VEHÍ, AGUSTÍ


W.-
Z.-



Letras "comodín": 

CH.-
Ll.- 
Ñ.- 
X.-
Y.- 



domingo, 21 de febrero de 2016

Regreso a la actividad y últimas adquisiciones literarias



La realización de exámenes universitarios y su (in)tensa preparación previa conlleva que todo aquello que no esté directamente relacionado quede temporalmente aparcado o semiparalizado. Todas aquellas acciones de índole social, actividades, proyectos que uno realiza de manera paralela cuando es la etapa de asistencia a clases, de lectura de documentos, de búsqueda de información adicional para preparar mejor las asignaturas, de redacción de trabajos universitarios van quedando relegadas cuando llega el momento crucial del cuatrimestre. Momento que parece un camino de piedras que hay que ir sorteando...

 Y esto explica el parón que se ha producido de más de un mes en el blog. Un largo mes de ausencia en el que mis neuronas estaban en otros menesteres.

 Al día siguiente de concluir exámenes volví a la senda de la lectura, con lo que espero en los próximos días ir actualizando esta ventana virtual e ir compartiendo aquellas novelas que he podido leer estos días de descanso estudiantil postexámenes (hace pocos días he empezado el segundo cuatrimestre del curso académico), así como rescatar alguna lectura acabada a principios del mes de enero y cuya entrada quedó aparcada en el rincón de la memoria para una mejor ocasión.

 Esta entrada del día de hoy no solo sirve para retomar la actividad bloguera (en los últimos días he ido pasando por otros blogs viendo y leyendo impresiones de libros, de autores, algunos de los cuales me he ido apuntando al llamarme la atención), sino también para mostrar mis últimas adquisiciones literarias.

 Las estanterías de mi habitación han alojado a nuevos visitantes. Su llegada ha sido entre finales de diciembre y primera mitad del mes de enero. Son las siguientes:


Novela gráfica: 

Roca, Paco. La casa

Arrugas, la novela gráfica que aborda el tema del alzhéimer, fue hace algunos años una de mis primeras aproximaciones al género de la novela gráfica y especialmente a la obra de Paco Roca. Desde entonces, el género en sí me ha llamado la atención tanto que en mi particular biblioteca personal tengo algunas obras realmente interesantes que nunca pensé que podrían plantear temas tan "jugosos" como pasa con la novela. 
Y desde que descubrí Arrugas a Paco Roca le sigo con cierta atención cada vez que publica nueva obra. La casa es la última novela gráfica que ha publicado y en ella aborda el tema de los recuerdos, de la memoria, del paso del tiempo. 


 Palacio, R.J. Wonder. Charlotte tiene la palabra



  Uno de mis propósitos lectores para este 2016 es iniciar la lectura de uno de las obras juveniles que más se está hablando y de la que más atención ha captado entre el lector adolescente y el adulto en los últimos dos-tres años: La lección de August. La historia planteada en esta primera novela tiene su continuación, con diferentes perspectivas y desde la mirada de personajes diferentes relacionados con August, con la serie de novelas del universo Wonder, de la que Charlotte tiene la palabra es la última novela. 

 En esta nueva novela de la serie la historia de August es narrada y contemplada desde la óptica de Charlotte, una chica que ha sido elegida para acompañar a August en los primeros días del curso escolar. 

 Movido por uno de mis (poco) habituales impulsos cuando vi esta nueva novela de la serie, y al tener las otras en casa, decidí adquirirla. Y espero en este 2016 iniciar la lectura de la serie...

Novela negra: 

 Lauko, Jon. Donostia

 Esta novela llegó a principios del mes de enero gracias al blog de  No solo leo, pues fui uno de los ganadores del Reto Sabuesos 2015 y esta fue la novela que me enviaron. No conocía la existencia de esta novela y estoy seguro que cuando la lea (espero que sea antes de que acabe el año y no se convierta en un pendiente de largo recorrido en mis estanterías) disfrutaré con su lectura y me adentraré en parajes no habituales en mí.

Literatura infantil: 

 Tortosa, Ana; Tomás, Nicoletta. El món de la Mari Lluna.


  Gracias al grupo del Facebook La biblioteca de los peques descubrí esta joya literaria que no dudé en adquirir en una librería (solo está disponible a día de hoy en catalán, pero parecer ser que está previsto publicarlo en castellano de aquí a pocos meses). 

  Aborda  de manera sencilla el tema del autismo y se ha publicado en favor de la Asociación Catalana de Enfermos de Autismo.

  Es una buena manera de que los pequeños tengan una aproximación a una realidad más presente en las aulas y en su entorno, como es el de niños con necesidades educativas especiales, y en este caso concreto con niños- o adultos- que presentan un trastorno del neurodesarrollo como el del autismo



¿Qué os parecen? ¿Los conocíais?